miércoles, 18 de junio de 2008

Lo que sigue es el testimonio del Señor Agustín Manuel García Fernández en la causa Santillan, Hugo, sobre la muerte y desaparición de gremialistas de la actividad azucarera antes y durante la última dictadura militar.
SE PRESENTA – INFORMA


Señor Fiscal Federal

Causa: Santillán, Hugo S/ Su Denuncia.-



AGUSTIN MANUEL GARCIA FERNANDEZ, argentino, DNI 4.305.781, con domicilio real en calle 24 de Septiembre 675 primer piso depto. C y D. de esta ciudad; ante el Señor Fiscal Federal me presento y respetuosamente digo:

Que atento a que he tomado noticia de que el pasado 14 de Abril de éste año el Señor Hugo Santillán ha denunciado entre otras cosas la desaparición forzada y demás delitos contra de su persona, como asimismo la muerte de su hermano el ex dirigente sindical Atilio Santillán y de otros gremialistas y la vinculación de estos delitos con manejos fraudulentos del Estado por aquellos años, y teniendo en cuenta que en dicha declaración me cita como testigo; es que vengo a informar al Sr. Fiscal lo que sé y me consta por mi actividad de industrial azucarero y por haber sido víctima junto a mi familia de estas atrocidades y gravísimas violaciones a los derechos mas básicos del ser humano, no solo en su más profunda individualidad sino en su rol de parte de una colectividad destruida y aniquilada.

Por ser fundamental para entender lo que informo, es que haré una exposición de los antecedentes del caso.

ANTECEDENTES

Desde muy chico empecé a trabajar al lado de mi padre como él a su vez lo hizo con mi abuelo Manuel García Fernández quien fundó Ingenio Bella Vista en 1882.

Al mismo tiempo estudiaba y me iba preparando para algún día poder conducir los manejos de la empresa. Fue así que a los dieciocho años me radiqué en Tucumán (1958).

Yo andaba en ese tiempo sintiendo que nos estaban golpeando pero no adivinaba en ese entonces cual era el motivo de esa percepción por mi intuida.

Empecé a enojarme mucho cuando en 1956-1957, el Banco Español sacó a la venta el Ingenio “Mercedes” de los Padilla ¿Por qué? Por que se lo vendieron al Ingenio Ledesma radicado en Jujuy en creo ese entonces 24 millones de pesos contra una propuesta nuestra de 27 millones de pesos. Al preguntarle a mi padre a que atribuía él esto, me dijo la razón estaba en que José Heriberto Martínez Presidente del mencionado banco, pasaba a ser accionista junto con Herminio Arrieta del nuevo Ingenio Mercedes. También mi padre me dijo que temía que Arrieta cerrara el Ingenio Mercedes con el pretexto mentiroso de que Tucumán no tenía un clima adecuado para la caña de azúcar. El tiempo le dio la razón a mi padre, ya que ocho años después “el Mercedes” era cerrado, su trapiche llevado al ingenio Ledesma junto con un cupo azucarero de más o menos 18 millones de kilogramos de azúcar.

En el invierno de 1959 llegaba yo de recorrer a caballo la colonia del Mollar. Eran las 11 hs aproximadamente. Al entrar al chalet para darme un baño se me acerca Higinio Pérez Ordenanza del escritorio y me dice: Tu padre está que se lo llevan los diablos y quiere a las 14 hs esté Malvestiti (el chofer) con el auto listo en la puerta de casa. Almorzamos a las 13 hs y acto seguido partimos con el mencionado Malvestiti hacia Vipos y luego a Leales, donde mi padre comprobó que el ingenio Concepción estaba sembrando caña para provocar excedente y así hacer caer el precio del azúcar. A las 19:30 hs aproximadamente llegamos al ingenio Concepción donde mi padre increpó al ingeniero José Maria Paz (padre) y le advirtió que estaba jugando a favor de Herminio Arrieta de Ledesma. También le hizo saber que las consecuencias de jugar a favor del monopolio serían para nuestra sociedad y nuestras familias funestas e impredecibles. Ya durante el proceso militar de Videla, su hijo José María fue asesinado según dicen por Montoneros, pero hoy por hoy tengo mis dudas si no tuvieron algo que ver los monopolistas del norte que ayudaron a montar la guerrilla, y para los cuales ya de hecho el ingenio Concepción no les servía.

En 1965 mientras ejercía yo como secretario del Doctor Celestino Gelsi en el Senado de la Nación, éste me contó de cómo mi padre en una reunión en 1961 con el entonces Presidente de la Nación Don Arturo Frondizi, se negó a hablar ya que apareció de golpe en el lugar donde estaban reunidos el ministro de economía Álvaro Alsogaray. Según Gelsi mi padre se calló y ante el requerimiento de Frondizi de que continúe, él le dijo: “Mire Arturo, yo ante éste Señor no tengo nada que hablar, pues busca con otros el monopolio azucarero lo mismo que llevó a la ruina a los algodoneros que fabricaban aceite a partir de las pepitas”.

En 1963 mi padre me informa de la mala situación financiera nuestra y de que para salir de ella debíamos escuchar la propuesta que se nos haría de parte del ingenio Ledesma. En enero de ese año vienen a almorzar al chalet del ingenio Bella Vista: Carlos Pedro Blaquier, Jorge Zorreguieta, los acompañaban Martín Blaquier y dos personas mas en representación del ingenio Ledesma, que en esa época presidía Herminio Arrieta suegro de Carlos Pedro Blaquier.

Durante la comida Carlos Pedro Blaquier propone comprar el 50% del paquete accionario del ingenio Bella Vista sin pagar un solo peso, dado que nuestro beneficio sería el pasar a tener un 50% de un “Ledesma chico”. Yo le pregunto como era eso de hacer un Ledesma chico, a lo que me responde que: cerrando el Mercedes llegábamos a 575 mil surcos y luego él o ellos con sus habilidades ahogarían al “Fronterita” y al “San Pablo”, lo que haría superar el millón de surcos. Yo le pregunté que iba a pasar con la gente que trabajaba en esos tres ingenios cerrados, a lo que me respondió: “García Fernández no se me haga el comunista quiere”. Yo entonces me enfurecí y levantándome de la mesa y dirigiéndome a mi padre dije: “Yo no vendo mi 8% de acciones. Ustedes papá, hermanos y primos hermanos hagan lo que quieran”.

Gracias a mi postura y con la evidente ayuda de Dios, llegamos a duras penas a la zafra de 1963 y ante la escasez de azúcar en el mundo nuestra zafra fue de 47 millones de Kgs. de azúcar, con lo que pudimos pagar todas nuestras deudas y así comenzar a preparar la zafra del año 1964.

No se si por miedo a que me maten y como yo estaba fuera de mi control por la cantidad de problemas acumulados (cañeros, obreros y familiares) y porque creía que de noche con el alcohol podía aplacar esas tensiones, fue que en mayo de 1964 me internaron en un psiquiátrico por 72 días.

Como la familia volvió a estar desahogada de problemas decidieron viajar a Europa donde tenemos gran cantidad de parientes dado nuestro origen español. Antes de viajar y a los diez días de estar yo internado le dije a mi hermano Juan Miguel: “Tengo miedo de que al no estar yo al frente del ingenio no lleguemos a en esta zafra a fabricar 20 millones de Kgs. de azúcar”.

Ya en París a fines de septiembre de 1964 mi padre me entrega un telegrama donde mi primo Jorge Echayde y mi tío Héctor Boucau decían: Situación insostenible-Terminó zafra, producción 20.250.000 toneladas, vengan…

Entonces papá me dijo: Si vos no venís conmigo yo me quedo y que todo se pierda, a lo que le contesté: Te acompaño pero con los poderes necesarios para poder solucionar ese caos.

Viajamos el 3 de octubre llegando a Ezeiza el día 4[1]. Lo primero que hice fue hablar con Celestino Gelsi, quien me ayudó a conseguir un crédito en el Banco Industrial de 300 millones y por eso llegamos a la zafra de 1965.

Al ver los industriales que promovían el monopolio que era imposible avanzar en su despropósito al estar yo recuperado, recurrieron al ahogo financiero con la expresa complicidad del llamado “Gobierno Radical del Pueblo” que en ese entonces estaba a cargo del Estado Nacional. Es a éste gobierno y a sus funcionarios a los que les imputo ser los responsables directos de los actos que por comisión u omisión provocaron nuestra ruina financiera.

El Señor José Centurión puede ratificar el testimonio que me acercó en su momento sobre la responsabilidad radical en nuestra destrucción financiera. Se adjunta copia del mismo.

La línea de investigación sobre éste grupo llamado la “Langosta Federal”, es fundamental para comprender los orígenes de este plan de exterminio desde antes de 1966.

A Bella Vista le correspondían por decreto ley 718 millones en anticipos para la zafra 1965. El Banco Nación nos dio solo el dinero correspondiente a la primera quincena de Junio.

Tanto nuestro padre como sus tres hijos, tratamos inútilmente de gestionar el resto del préstamo que legítimamente nos correspondía, pero lamentablemente la orden de ahogo financiero y los demás estragos y delitos contra nuestra firma ya habían sido pergeñados y dispuestos.

La forma en que terminamos perdiendo nuestra empresa el 27 de noviembre de 1965 y los horrores y persecuciones que sufrí luego ya bajo el gobierno de facto están vertidos en copia que adjunto de la denuncia que hicimos ante Presidencia de la Nación el 29 de Mayo de 2006.

CONASA Y LAS VICTIMAS DE SU DESGUACE

Se nos castigó por no haber querido participar y ser cómplices de un plan genocida que le costo a Tucumán dejar de ser una provincia pujante y desarrollada para convertirse según mi opinión en un campo abierto de exterminio cultural y humano. CONASA fue un invento militar para retener los ingenios confiscados que no habían sido cerrados en el año 1966 por Onganía. Fueron luego licitados y repartidos como botín de guerra entre los amigos y colaboracionistas de este horror al que sometieron no solamente a una provincia sido a toda una región y un país.

El alejamiento de nuestra familia de la industria azucarera y especialmente de mi padre del Centro Azucarero Argentino y Regional, era indispensable para llevar a cabo el industricidio y su consecuente genocidio y es por eso que el Estado Argentino de ese entonces y durante todos estos años nos ha tratado de manera ilegítima, arbitraria y discriminatoria.

Yo personalmente volvería a ser víctima de CONASA en el año 1979 cuando, por las maquinaciones de los militares actuantes en ese entonces junto a los civiles colaboracionistas que la componían, perdí mi campo en Burruyacu al que con mucho esfuerzo había yo convertido en un vergel luego del golpe que nos dieron en el Ingenio. A requerimiento del Señor Fiscal ampliaré esta denuncia que es un incidente o un capítulo mas de la seguidilla de persecuciones y discriminación arbitraria a la que he sido injustamente sometido toda mi vida por parte de un Estado Nacional y Provincial, que no me perdonó no haber querido integrar las distintas bandas mafiosas que han estado gobernándonos y arruinándonos a los argentinos desde hace mas de 50 años.

Repito: Se nos destruyó económica, física y moralmente por haber decidido no corrompernos y ser parte de un plan de exterminio montado en Tucumán desde hace mas de 40 años y cuyas consecuencias se evidencian hoy en día cada vez mas.

La muerte de Santillán, la persecución sobre su hermano Hugo y la muerte de los demás sindicalistas, no dudo fue necesaria por parte de los golpistas de 1976 para poder llevar adelante la liquidación de CONASA a la que estos obreros agremiados se oponían y repito, perfeccionar como en el caso de nuestra firma el despojo de la fábrica y los campos que fueron durante más de ochenta años un modelo de desarrollo e inclusión social en Tucumán (cito solo como muestra, la donación del colegio salesiano Tulio García Fernández y las 25 becas anuales de las que hasta el año 1963 disponíamos para entregar a hijos de los obreros del Ingenio Bella Vista, entre los cuales estuvo el mismo Hugo Santillán quien podrá dar testimonio de ello).

Soy testigo de la advertencia que mi padre le hizo a Atilio Santillán de que los grupos que se beneficiarían de nuestra salida de la industria, se encargarían de matarlo una vez que ya nos les sirviera su activismo sindical en contra nuestro.

Por este mismo acto entonces denuncio el despojo cometido en contra de nuestra familia y requiero se investigue para oportunamente ser reintegrado nuestro patrimonio confiscado junto a la debida reparación por parte del Estado Nacional de los daños, perjuicios y perdidas a los que durante estos casi 43 años hemos sido injustamente sometidos.

Todos estos delitos como ya los hemos denunciado antes ante el Poder Ejecutivo Nacional, tienen carácter de imprescriptibles por lo aberrante de su contenido y por la participación en ellos de los funcionarios estatales que ininterrumpidamente intervinieron(ya sea desde el poder político, privado u económico); por lo que solicitamos sean investigados y oportunamente castigados según nuestras leyes y las leyes internacionales que persiguen los delitos contra la humanidad, por éste acto denunciados.

Me pongo y quedo a disposición del Señor Fiscal para ratificar y ampliar de ser necesario, el informe y testimonio aquí vertido.





AGUSTIN M. GARCIA FERNANDEZ

DNI 4.305.781

[1] Ocho años antes nos habíamos alojado en el Hotel Continental en la Avenida de la Madelaine y calle Monte Tabor (París). Coincidía en su estadía con nosotros en aquel lugar el Dr. Posadas, casado con una de las cuñadas del Ing. Herminio Arrieta. Una noche mientras tomábamos algo juntos, Posadas le dijo a mi padre: “Yo hice que mi mujer venda sus acciones de Ledesma pues no quiero que el día de mañana se la culpe de lo que ocurra en Tucumán. Herminio está enfermo de poder y me dijo que los va a destruir”.

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